Las Vigas - Murcia

Fuimos a comer en familia porque es un sitio muy agradable. Hemos estado varias veces y esta es la última que vamos. Ha sido un engaño en toda regla. A 30 € por cabeza sin habernos pasado comiendo. Las bebidas caras, la carne prohibitiva. Un robo en toda regla. Pedimos cordero para cuatro personas 80,02 € y 2 chuletónes de regular calidad 70 €. Dos platos de salchicha seca con almendra 24 € y así todo. No volveremos . No sentimos súper estafados para un sitio de Huerta

Hoy hemos estado en una comida de amigos y ha sido buen servicio pero muy floja la comida y la cuenta excesiva, el kilo de cordero a 30€ para la calidad del cordero es algo caro, las patatas hechas en freidor con exceso de aceite y algo crudas, al final hemos salido casi a 40€ por cabeza y para un merendero y la calidad de la comida es algo caro, menos mal que ha sido una tarde fabulosa por la compañía y el sitio y la atención ha sido buena.

Nuevamente confiamos en ellos para celebrar la comunión de nuestro hijo pequeño. Magnífica comida, magnífico trato y nuevamente magnífica Marta con su creatividad y dedicación. Confiar ciegamente en alguien es difícil, pero con ellos sin duda se hace fácil. Gracias Jose por tu atención, gracias Pepe por esa carne a la brasa como no hay ninguna en Murcia y gracias Marta por tu maravillosa creatividad

Entorno y servicio muy bueno, atención destacable pero.... ahí paramos. La calidad de la comida dejó que desear. Cordero pasado (aunque nos lo cambiaron), patatas recalentada (aunque nos las retiraron) y un pollo aceptable. La cocina fue lo peor de la experiencia y en un restaurante eso...

Hemos estado en este establecimiento en dos ocasiones, con grupos de unas 20 personas. La primera fue en navidad. Estuvimos en el salón interior y la impresión fue bastante plana. Todo correcto pero sin nada que destacar. Hemos vuelto en verano y nos colocamos en la terraza. El lugar muy agradable y cómodo pero el servicio muy flojo y lento. Los camareros poco profesionales en el trato y presencia poco cuidada, aunque uno de ellos se esmeraba por resultar agradable. Los platos combinados de los niños salieron muy tarde, cuando los adultos casi habíamos terminado, unos estaban medio crudos y otros casi quemados. En cuanto a la calidad del producto, mediocre tirando a baja. Los caballitos no parecían caseros, yo diría que eran congelados y pasados de fritura. La carne a la brasa estaba quemada por uno de los lados, esos sí, se preocuparon de poner el lado quemado hacia abajo. El precio nos pareció caro en relación a la cantidad, calidad y servicio. En general la impresión que nos queda es como si este restaurante lo hubiera cogido un equipo amateur.